A los 71 años nos deja este destacado actor argentino, siempre de bajo perfil y con un dejo de melancolía. Participó en mas de 80 películas. De tan extensa lista rescato tres filmes: La película del Rey, de Carlos Sorín, Los chicos de la guerra, de Bebe Kamín, y No habrá más penas ni olvido, de Héctor Olivera y sobre la homónima novela de Osvaldo Soriano. Personamente lo recordaré por su papel en esta última, en que da vida a un "peronista de ley" que desde "Torito", su avioneta fumigadora, deja caer, en una noche de intolerancia y balas, abundante mierda sobre las pocas calles de Colonia Vela, pueblo ficticio en que sitúa Soriano su novela, que en esa noche, larga noche, de unos pocos días, vive una pequeña y feroz guerra entre dos bandos peronistas. Esa mierda que cae sobre estos dos bandos enfrentados es esa continua mierda en la que más o menos frecuentemente patina el peronismo con su feroces internas, violentas, y desesperanzadoras para los que hacemos de la civilidad un valor positivo. ( La Patagonia rebelde, No habrá más penas ni olvido y La noche de los lápices, es la trilogía política más significativa e importante de nuestra cinematografía y hacen de Héctor Olivera un intelectual valiente, coherente, jugado: Un verdadero militante que ayuda e ilumina nuestra historia contemporánea).Yo te recordaré así, Ulises Dumont: ¡Volando en tu Torito y dejando caer sobre este suelo las mejores flores de esperanza! ¡Amén!
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