Para K.M.B: bella, serena y estimulante mujer

No me quieras dentro de tu vida
para dejarme fuera
de tu acostarte y levantarte
de tu primer humor despeinado
de tu tropezar con los ojos aún cerrados
de tu primer café y tostadas
de la elección de la ropa
de verificar los textos
para las lecciones del día.

No me quieras dentro de tu vida
para dejarme fuera
de tu día: tus días,
del rito del mate
del momento del té
del lugar sagrado de los buenos compañeros libros.

No me quieras dentro de tu vida
para dejarme fuera
de tus noches:
del aroma de tu bata
del perfume de tu cuerpo
de tu aliento cálido de mujer.

(Si me dejás fuera de tu vida,
cerraré las puertas, correré el telón,
apagaré mis luces,
y al final del tunel habrá otro tunel y así)

Incluime en tu vida
para crecer/nos juntos
para madurar y envejecer.

Incluime en tu vida
para la salud y la enfermedad
para la alegría y la tristeza
para la risa y la carcajada.

Incluime para el último cigarrillo en la cama
para la oportuna copita de Baileys
para las atenciones y caricias
a Borges, tu gato.

Incluime en el todo de tu Todo
y únicamente dejame fuera
de tu centro, recóndito-recóndito,
donde sólo vos podés entrar.

Este poema, amada Karina,
lo escribí solo,
evocando tu presencia:

¡Incluime en tu vida
y escribamos juntos
el Poema de la Vida en común!

RAFAEL STURLA, 10 de octubre de 2008